"Cristina Kirchner y las FARC"
Escrito por Susana Sechi. Directora de "La historia paralela"
Aclaración: Cuando comenzó esta sección de Rebelión digital, la idea inicial era básicamente traducir artículos de prensa extranjera escritos originalmente en inglés, francés o alemán. Sin embargo lo que no teníamos previsto y nos ha sorprendido era recibir colaboraciones de medios extranjeros pero que hablan nuestro idioma. Desde aquí nuestro agradecimiento a Sigfredo Durán, editor de "La historia paralela", y a su directora Susana Sechi, por sus colaboraciones con Rd y porque abren nuestro horizonte a Hispanoamérica.
Colombia sufrió la invasión de las FARC en 1964, un desprendimiento de la Revolución Cubana que se instaló en la selva colombiana para echar raíces en un territorio propicio cuyo espeso follaje apenas permite traslucir un collage de cielo.
Fueron años terribles, mientras la guerrilla fue tomando vuelo, transitar por las rutas de ese país resultaba una aventura para su pueblo. El secuestro extorsivo como modo de supervivencia fue el método elegido por la guerrilla para obtener recursos, a lo que se sumó el secuestro forzoso de personas con fines políticos, sembrando el terror en la carrera para instaurar el castro comunismo como lo hiciera la Revolución Cubana en la Isla.
Distintos países de América sufrieron esta migración de ideologías marxistoides que permitieron el posterior adoctrinamiento y entrenamiento militar para instalar la guerra de guerrillas por parte de aquellos a quienes se les vendió una utopía de futuros paraísos.
Una guerra insana que traería un mar de atentados, asesinatos y secuestros que dejarían su huella en la región, provocaron muertes inocentes tras el objetivo de tomar el poder incluso en países bajo gobiernos democráticos, tal como sucedió en Argentina donde estas fuerzas fueron derrotadas militarmente, en tanto en Colombia el calvario continuó en el tiempo a pesar que desde el año 2002 a la fecha el gobierno de Álvaro Uribe puso límites a las FARC que ya no actúan impunemente en las zonas urbanas y han quedado confinadas al territorio selvático que abarca la mitad de Colombia.
Si bien los secuestros por parte de la guerrilla no han cesado, si han disminuido, sin embargo cerca de 4.000 personas continúan en cautiverio desde hace largos años, incluidos niños pequeños que fueron condenados por esa salvaje guerrilla a una vida nómada a través de la selva sin las mínimas condiciones de higiene y mantenidos con una alimentación precaria e insuficiente.
El narcotráfico ha pasado a ser una estrategia primordial para el enriquecimiento de una élite jerárquica de las FARC, lo que ha llevado a la deserción a muchos de sus integrantes que se sintieron estafados por sus propios líderes, de esta forma de aproximadamente 30.000 combatientes quedaron reducidos en la actualidad a menos de 10.000.
En las fronteras de Colombia, sobretodo la que la separa de Venezuela la guerrilla encuentra refugio bajo la protección del régimen chavista que apoya ese movimiento terrorista en forma casi desembozada, un régimen que también mantiene fluidas relaciones con ETA, Hizbollah y Sendero Luminoso.
Compartiendo con el gobierno argentino iguales ideologías y los mismos amigos, Hugo Chávez se ofreció a una mediación que se disfrazó de humanitaria para lograr la liberación de Ingrid Betancourt por medio de un canje de prisioneros, algo que en realidad escondía la intención que se le reconociera a las FARC el status de fuerza beligerante y que en una posterior mediación internacional lograra salvar lo poco que quedaba de esta guerrilla, permitiéndole transformarse en una organización política que por otros medios se hiciera del poder en Colombia como sucedió en diferentes países de la región con otros movimientos subversivos, como ERP y Montoneros en Argentina que permanecieron agazapados en el cuerpo social hasta alcanzar el poder camuflados de demócratas.
Una rápida reacción de Alvaro Uribe dio por tierra con la estrategia de Chávez y los mediadores hoy son otros, entre ellos Cristina Kirchner que asumió rápidamente un protagonismo exagerado, una Presidente que se considera hija de las Madres de Plaza de Mayo quienes recibieron un mensaje de salutación de las FARC en el acto del treinta aniversario de su fundación, mensaje que fue leído ante las cámaras de TV curiosamente junto al que les había hecho llegar el entonces Presidente Kirchner y su esposa, la actual Mandatario argentino.
Sacar rédito del sufrimiento de los familiares de las víctimas que ante la desesperación no pueden ser objetivos, fue la oportunidad aprovechada por la Señora Kirchner, una Presidente que al verse envuelta en el escándalo de las valijas bolivarianas utilizó este argumento para su victimización, declarando que "ella va a seguir igual con la mediación ante las FARC para lograr la libertad de Ingrid Betancourt", distorsionando el eje de una investigación del que podría ser el mayor acto de corrupción que los argentinos hayan conocido.
Autor: Susana Sechi
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